Apostar en eventos deportivos no es como lanzar una moneda, en el caso de los juegos de azar, tenemos una probabilidad definida la misma dinámica del juego, mientras que en las apuestas deportivas hay una gran variedad de factores a analizar, y estos no son estáticos. No solo cuenta los números del equipo, aspectos como el clima, cambios en el equipo, lesiones, y hasta el mismísimo estado anímico de los deportistas puede influir en los resultados y, para quien tiene buen ojo para esto suele sacar ventaja en apuestas deportivas, siempre y cuando se tengan algunas consideraciones, como las que te contaremos en este artículo.

Cabeza fría: es necesario discernir entre el buen criterio para apostar y el amor por la camiseta. Para muchos su equipo de futbol es como su religión, pero si apuestas por amor a un club sin duda incrementaras tus posibilidades de perder. Debes aprender a analizar todos los factores involucrados y tener la mente fría a la hora de apostar, y, si eres de los que no se atreverían a apostar contra su equipo, entonces simplemente aléjate de las apuestas que involucren al club que sigues.

Conoce el deporte: la mejor forma de apostar en eventos deportivos es ser aficionado al deporte en cuestión, y es que quien es fan de un deporte logra ver aspectos más allá que solo los números, y en base a esto puede ponderar la influencia de factores y hacer pronósticos que le beneficien al apostar. Por ejemplo, la alineación y jugadores de un equipo puede que te den una idea de su desempeño contra otro equipo, pero, por otra parte, si no te gusta el golf, el cambio de terreno es algo que no te hará intuir nada y por tanto estarás apostando sin información que puedas analizar y, por tanto, incrementaras tus perdidas.

Cuanto apostar: en esto no hay mucho que decir, seguro ya sabes de sobra que no debes apostar más de lo que puedes apostar, en términos simples, cualquier apuesta que involucre una cantidad de dinero necesaria para mantener tu calidad de vida no debería hacerse.  Con base a esto debes tener limites bajo los cuales apuestes, pero nunca arriesgando tu estabilidad económica.